Como sabemos, el cine, como lo demuestra Edison y los hermanos Lumiére, se convierte en la capacidad de proyectar imágenes extraídas químicamente de la "realidad", la proyección de éstas imágenes simboliza una evolución tecnológica que trae como concecuencia muchas cosas. Desde una perspectiva social, el cine se convierte en un espectáculo tecnológico; el asombro de la gente al verse a sí mismas proyectadas, en movimiento, rompe con antiguos parámetros y concepciones del arte. Si el cine tiene la capacidad de representar la realidad con tal exactitud, entonces la pintura y escultura podrían volverse inversosímiles.
Para inicios del cine, éste no nace con una vinculación directa con el arte, con la consciencia, se convierte inicialmente en un espectáculo "popular" tecnológico, dónde la gente experimenta "la maravilla de la ilusión", lo que da cabida al surgimiento de una nueva posibilidad industrial, capital.
El cine entonces, comienza a evolucionar, de las imágenes simples en movimiento, sin narrativa de la realidad proyectadas en los Boudevilles, surgen las nuevas "normatividades" del cine, a partir de que éste no sólo da la capacidad de representar imágenes en movimiento, no sólo de que tiene la capacidad de aglomerar y centralizar una sociedad impresionable, sino que ahora tiene la capacidad de contar historias, de volverse narrativa. Así, el primer film narrativo aparece en 1902, con Le Voyage dans la Lune, de George Méliès, donde a partir de la escenificación teatral, el montaje y la cámara fija en una perspectiva central, nos muestra la historia lineal, de una tripulación que viaja a la luna.
Durante ése tiempo, paralelamente, el arte también está teniendo una transformación a partir de los avances tecnológicos, y nacen posturas ideológicas, vanguardias. Nacen a partir de una autoconsciencia y una aplicación de estas tecnologías y medios al "arte", una postura crítica política y estética y a partir de su contexto histórico, un desencanto, una roptura con los dogmas y con las conseciones y convenciones sociales; cómo tal, una de estas nuevas tecnologías es el cine.
En Le Sang d'un Poète, film francés de 1930 de Jean Cocteau, podemos ver una ejemplificación de la apropiación del cine dentro de la vanguardia, en éste caso Surrealista. El film está dividido en cuatro partes en las cuales podemos ver una serie de acontecimientos oníricos no narrativos cargados de simbolísmo. La película ocurre dentro de un mismo espacio, pero no es el mismo, tiene elementos en contra de una temporalidad lineal, contrarios a una estructura aristótelica, y devela el desarrollo de una consciencia por el cine y su capacidad tecnológica.